Seguimos aguantando. Agazapados, pero enteros
Seguimos aguantando la crisis. Agazapados, pero enteros. No lo dudéis.
En estos tiempos que corren, tan extraños (hasta terroríficos, si se quiere), estamos sin tener apenas facturación, sin clientes que hagan reservas, sin mercado. Tristes, a veces hasta deprimidos. Pero vivos, muy vivos.
Escribo estas líneas para no perder el hilo que nos une y para mantenernos en contacto. Escribo para deciros que seguimos al pie del cañón, listos, preparados (más que nunca) y dispuestos a retomar la lucha desde el primer instante en que el planeta se recupere y la gente vuelva a viajar, a turistear y a realizar sueños pendientes. Es indudable que, tarde o temprano, todo se reactivará. Y, cuando eso ocurra, Happyflis no habrá sucumbido. Al contrario. Ahí estaremos, más fuertes que antes.
Al fin y al cabo, no hay mal que cien años dure.
Esta inimaginada crisis, cruel, salvaje, devastadora y enemiga de la vida misma, partió el mundo económico, lo destrozó y lo trituró. Prácticamente lo ha extinguido por parálisis. Pero el mundo no ha muerto, las infraestructuras no han desaparecido y las personas, más que nunca, arden en deseos de poder volver a viajar.
A todos nuestros amigos y clientes, propietarios de alojamientos en Cuba, España, México… queremos transmitiros nuestro apoyo y nuestra ilusión. Aguantad. Esto pasará como pasa el invierno. Y todos sabemos que los campos nunca están tan floridos y hermosos como cuando termina el invierno y comienza la primavera. Vamos a esperar a que el invierno muera y podremos coger los más hermosos ramos de flores jamás vistos.
Os queremos, sois parte de nosotros y os necesitamos. Os vamos a apoyar tanto como seamos capaces. A falta de ventas y de ingresos, nosotros estamos mejorándonos por dentro, aprovechando este parón para emplearlo en revisar, mejorar, retocar y optimizar. Cuando todo vuelva a su ser, Happyflis estará más ágil y competitiva que nunca. A vuestro lado. Luchando para mejorar vuestra rentabilidad (que, al final, también es la nuestra).
Ahora toca seguir así, manteniendo un perfil bajo y volando por debajo del radar para mantenernos con el mínimo gasto posible, esquivando la quiebra. Acurrucados en un rinconcito, escondidos del covid como quien se arrebuja bajo una lona y espera a que pase una tormenta de arena, apretando dientes y cerrando muy fuerte los ojos. No nos queda otra.
Estamos atravesando un desierto. No te puedes detener, no hay nada, no hay dónde ponerse a esperar. Nada es… ¡nada!
Pararse ahora es claudicación y derrota. Seamos fuertes como rocas y flexibles como juncos. Solo aquellos que sigamos caminando llegaremos al otro lado. Ahora toca practicar una defensa estoica, aguantar y sufrir. Pero luego, cuando llegue esa maravillosa primavera y todo reviva (más verde que nunca), sabed que hay premio: ¡nos espera el éxito!
¡Ánimo, amigos. Fuerza y resistencia!